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Este 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una conmemoración proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2016 con el fin de lograr la participación plena y equitativa de mujeres y niñas en la ciencia.
La realidad es que cada vez hay más mujeres que se dedican a las conocidas como áreas STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics), aunque aún queda mucho por hacer en cuanto a dar visibilidad a todas esas mujeres, a sus logros y retos.
Tener días en el calendario como este 11 de febrero es importante para crear referentes femeninos que permitan a las generaciones más jóvenes conocer estas áreas en las que triunfan muchas mujeres ganando terreno desde hace años. El objetivo es generar esas vocaciones científicas y acercar estas carreras profesionales.
En estos días también se ha venido hablando de la posibilidad de alcanzar la igualdad de género en el ámbito científico. Por todo ello, poner el acento en esta situación es importante de cara a las generaciones venideras.
Mi propia experiencia como comunicadora y divulgadora científica a lo largo de los años me permite afirmar que son muchas las niñas interesadas por todas las disciplinas STEM, y cuando realizamos actividades y proyectos con estos jóvenes, las chicas muestran un interés absoluto por conocer, saber y descubrir mucho más sobre todo lo que planteamos.
En los últimos años, las carreras que habían sido más populares entre los hombres han sido elegidas cada vez por más mujeres, y esto también hay que resaltarlo. La Ciencia ya no es exclusiva del género masculino, aunque quedan situaciones que mejorar. Los puesto de responsabilidad en muchas empresas de los sectores tecnológicos, por ejemplo, siguen siendo ocupados por hombres y la igualdad de salarios, en muchos casos, no se da.
Ahí es dónde hay que hacer énfasis. En conseguir unas relaciones más justas e igualitarias. Reconocer el papel que juegan las niñas y las mujeres en la ciencia.
La ONU publicó recientemente unos datos que resumen de manera muy clara por qué es necesario que conmemoremos días como este 11 de febrero.
Las mujeres suelen recibir becas de investigación más modestas que sus colegas masculinos y, aunque representan el 33,3% de todos los investigadores, sólo el 12% de los miembros de las academias científicas nacionales son mujeres.
En campos de vanguardia y de futuro cómo la inteligencia artificial, encontramos que solo uno de cada cinco profesionales (22%) es una mujer.
Las investigadoras suelen tener carreras más cortas y peor pagadas. Su trabajo está poco representado en las revistas de alto nivel y a menudo no se las tiene en cuenta para los ascensos.
Por todo ello, es importante seguir luchando. Dar visibilidad y empoderar a las niñas y mujeres es clave para nuestro futuro como personas y como sociedad. Siempre, desde el respeto y la tolerancia. Valores sin lo que no podemos llegar a una igualdad y un entendimiento real.